FR EN

Nuestros valores

«Tanto como se aferren a estas tres fuertes raíces: humildad, simplicidad y caridad, nuestro pequeño Instituto subsistirá… »
Beata Emilia Tavernier-Gamelin

Manteniendo estos tres valores en el centro de nuestras vidas, conservamos el espíritu de Madre Gamelin con nosotras. Perseverar en estos valores nos permite seguir centradas en lo esencial, en lo que brinda sentido a nuestras vidas, a la vida de la Congregación y a las de las personas que servimos.

Por supuesto, para cultivar toda virtud se requiere la gracia de Dios Y el compromiso humano. Dios está siempre presente en nuestra vida, nos anima y nunca nos deja solas. Nuestro compromiso se expresa en nuestra capacidad para hacer opciones y tomar decisiones congruentes con los tres valores fundamentales a los que adherimos.

La humildad

humilite

La humildad nos permite reconocer todo lo que se nos da como un don de Dios. A través de la humildad podemos vivir con confianza y abandono; podemos ir a los demás con un corazón abierto, sin juzgar. Emilia Gamelin es un ejemplo de humildad. Ella vivía con cierta holgura, pero optó por abrir sus puertas a los más necesitados y a tratarlos con la misma dignidad que con que trataba a las personas más ricas.

La simplicidad

simplicite

La simplicidad se vive de dos maneras. En primer lugar, se puede hablar simplemente, nombrar las cosas sin complicarlas ni ocultarlas. En segundo lugar, una puede comportarse con simplicidad, sin superficialidad. Es más fácil acercarse a una persona que se comporta simplemente: así lo hacía Emilia Gamelin y todos la aceptaban.

La caridad

La presencia de Dios y el amor que tenemos por Él se reflejan en una relación generosa e incondicional con nuestro prójimo. Dios, por su presencia y su amor, despierta el deseo de colaborar para el beneficio de todos. Con la virtud de la caridad, somos capaces de vivir en servicio continuo, buscando el bien de quienes servimos.